Hoy
la 5ª Avenida (fifth Avenue) está más transitada que nunca, a pesar del intenso
calor que aprieta fuertemente sobre sus anchas aceras, un rio de gentes
discurren sin saber muy bien a donde van, armados de toda clase de artilugios
como gorros, gorras y sombreros de todo tipo y color, para protegerse de un sol
abrasador y una humedad sofocante….
En
esta jungla de asfalto esta tarde una cita con Nora, una española ejecutiva de
una multinacional norteamericana que trabaja a caballo todo el año entre Madrid
y Nueva York. Nora es una “yuppie” rica
que tiene un magnifico apartamento en esta calle de los “millonarios” de NY, y
se considera medio española medio norteamericana, enamorada del Madrid de los
Austrias y de los 5 boroughs de la Big Apple particularmente de Manhattan,
donde reside algunos meses al año.
Ella
es una mujer que proviene de una antigua familia de la alta sociedad
catalana, muy aburguesada de tendencia
conservadora, aunque no le gusta mucho ni Rajoy ni tampoco el anterior
presidente del Gobierno Aznar. Una vez me confesó que a ella el que le gustaba
de verdad era Felipe González, y de Estados Unidos Bill Clinton, antes de su
“affaire”, yo creo además que en el fondo despreciaba algo más de estos
presidentes del PP que su falta de talla política: su notoria soberbia
intelectual y su revelado odio al mundo de la cultura española, en el que ella tenía grandes amigos.
Desde
la vieja barra de madera de haya, sentado en el taburete forrado de piel
sintética, diviso al final del pasillo, a contraluz, la esbelta figura de Nora;
hoy viene espectacular con un vestido de gasa azul ceñido en sus caderas,
tacones altos y su larga melena rubia. Viene deslumbrante, después de besarnos nos apostamos en el
interior de la añeja pero remozada cafetería debajo de un cuadro de Joe DiMaggio y enfrente de dos
grandes ventanales con vistas a la fifth avenue, a la que venimos con
frecuencia siempre que quedamos con tiempo suficiente para vernos.
Empezamos saboreando el primer daiquiri de la
tarde, y ya con los primeros efluvios espirituosos tenemos un apasionante debate sobre la
organización de la administración local en los EEUU y el sistema electoral
norteamericano para elegir a sus representantes, a raíz de informaciones
contrastadas de la enorme deuda que afecta a estados, condados, ciudades,
municipios, villages etc., con grave riesgo de bancarrota a corto plazo en un
número importante de ellas repartidas por todo el territorio nacional de los
Estados Unidos.
Sistema
de administración local complejo, por su diversidad en sus formas de organización: en EEUU los más de 313 millones
de habitantes se reparten en los 3225
condados existentes, que engloban más de 36.000 ciudades grandes, medianas y
pequeñas.
Los
gobiernos de los condados no son uniformes, en cuanto a su organización pueden
tener, un consejo supervisor, una comisión legislativa del condado etc..., ser
regido por alcalde (mayor) o presidente (executive), detentar ciertos poderes legislativos, por ejemplo aprobando
ordenanzas para el condado, poder ejecutivo propio de la acción de gobierno y
poder cuasi judicial sobre recursos en asuntos relacionados con la
planificación. Una organización similar se da en las grandes y medianas
ciudades.
La
financiación de estos proviene de la recaudación de impuestos y de los llamados
“munibonos”. La deuda municipal en EEUU en estos bonos municipales asciende a
2,9 billones de dólares.
Como
decía antes, una gran crisis sacude a todo este entramado municipal de Este a
Oeste y de Norte a Sur, según informaciones contrastadas de fuentes creíbles;
en situación de “cuasi” quiebra podrían estar más de medio centenar de grandes
y medianas ciudades, y podrían dar la cara, y llegar a la situación de
suspensión de pagos antes de 2017. Como ya ha sucedido en Detroit con una deuda
de 18.500 millones de dólares y otras 7 ciudades más.
Y
este es el gran problema que de verdad sería necesario tener en cuenta, la
situación económica de los ayuntamientos derivada de una organización ineficaz
en la prestación de los servicios
públicos que demanda la ciudadanía del siglo XXI.
La
gran pregunta es ¿qué servicios tiene que prestar la administración local, bajo
que formula de gestión y a que coste económico? Y no continuar sin abordar a fondo el problema arrastrando una
deuda imparable de tiempo atrás y sometido al despilfarro de medios por un
sistema que se muestra ineficaz, en muchas ocasiones, por tanto dirigente
inepto y no pocas veces corrupto.
Y
esto está pasando tanto en EEUU , como en la vieja Europa y particularmente en
España, según me cuenta Nora, donde en estos últimos días el partido
conservador que detenta el Gobierno, valiéndose de la vieja estrategia del
globo sonda, señalando la luna llena con su dedo está
generando un falso debate sobre la necesidad de cambiar la forma de
elección de los alcaldes, desviando con este señuelo el debate de las
verdadaderas preocupaciones de los
ciudadanos que son otras, como el
desempleo, la sostenibilidad del sistema de salud , de la educación, de las pensiones, del
secesionismo territorial, del papel de España en Europa, etc.….
Y ambos coincidimos en cualquier caso con
referencia a los ayuntamientos, en que el debate no es la forma de elección del
alcalde sino de la angustiosa situación que viven la gran mayoría que deviene
de unos ayuntamientos, cada vez más endeudados hasta límites de bancarrota, que
recortan servicios esenciales y los prestan cada vez con menos eficiencia y una clase política que los
representa cada vez mas desprestigiada en la misma proporción que han venido
aumentando el despilfarro en obras faraónicas de dudoso gusto y difícil encaje
de justificación del coste, en gastos desmesurados en plantillas de personal
hinchadas en los que abundan ejércitos de “nepotes”, y en gastos corrientes
injustificables desde una mínima racionalidad en la prestación de los
servicios, y todo ello realizado bajo el paraguas de una corrupción rampante
porque han fallado y persisten los errores en los controles para evitar los
abusos.
Se
hace tarde, salimos a la calle y entre los rascacielos de la 5ª se asoma una
luna llena, deslumbrante, la señalo con
el dedo y lo pongo justo en la dirección del ático de Nora, nos miramos y
mantenemos una sonrisa cómplice….
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