jueves, 4 de septiembre de 2014

Cuando el dedo del sabio señala a la luna, el necio mira el dedo…. Por John Fitzgerald

Cádiz, septiembre de 2014
Hoy la 5ª Avenida (fifth Avenue) está más transitada que nunca, a pesar del intenso calor que aprieta fuertemente sobre sus anchas aceras, un rio de gentes discurren sin saber muy bien a donde van, armados de toda clase de artilugios como gorros, gorras y sombreros de todo tipo y color, para protegerse de un sol abrasador y una humedad sofocante….
En esta jungla de asfalto esta tarde una cita con Nora, una española ejecutiva de una multinacional norteamericana que trabaja a caballo todo el año entre Madrid y  Nueva York. Nora es una “yuppie” rica que tiene un magnifico apartamento en esta calle de los “millonarios” de NY, y se considera medio española medio norteamericana, enamorada del Madrid de los Austrias y de los 5 boroughs de la Big Apple particularmente de Manhattan, donde reside algunos meses al año.   
Ella es una mujer que proviene de una antigua familia de la alta sociedad catalana,  muy aburguesada de tendencia conservadora, aunque no le gusta mucho ni Rajoy ni tampoco el anterior presidente del Gobierno Aznar. Una vez me confesó que a ella el que le gustaba de verdad era Felipe González, y de Estados Unidos Bill Clinton, antes de su “affaire”, yo creo además que en el fondo despreciaba algo más de estos presidentes del PP que su falta de talla política: su notoria soberbia intelectual y su revelado odio al mundo de la cultura española, en el  que ella tenía grandes amigos.   
Desde la vieja barra de madera de haya, sentado en el taburete forrado de piel sintética, diviso al final del pasillo, a contraluz, la esbelta figura de Nora; hoy viene espectacular con un vestido de gasa azul ceñido en sus caderas, tacones altos y su larga melena rubia. Viene deslumbrante,  después de besarnos nos apostamos en el interior de la añeja pero remozada cafetería debajo de  un cuadro de Joe DiMaggio y enfrente de dos grandes ventanales con vistas a la fifth avenue, a la que venimos con frecuencia siempre que quedamos con tiempo suficiente para vernos.
 Empezamos saboreando el primer daiquiri de la tarde, y ya con los primeros efluvios espirituosos  tenemos un apasionante debate sobre la organización de la administración local en los EEUU y el sistema electoral norteamericano para elegir a sus representantes, a raíz de informaciones contrastadas de la enorme deuda que afecta a estados, condados, ciudades, municipios, villages etc., con grave riesgo de bancarrota a corto plazo en un número importante de ellas repartidas por todo el territorio nacional de los Estados Unidos.
Sistema de administración local complejo, por su diversidad en sus formas de  organización: en EEUU los más de 313 millones de habitantes se reparten en los  3225 condados existentes, que engloban más de 36.000 ciudades grandes, medianas y pequeñas.
Los gobiernos de los condados no son uniformes, en cuanto a su organización pueden tener, un consejo supervisor, una comisión legislativa del condado etc..., ser regido por alcalde (mayor) o presidente (executive), detentar  ciertos poderes  legislativos, por ejemplo aprobando ordenanzas para el condado, poder ejecutivo propio de la acción de gobierno y poder cuasi judicial sobre recursos en asuntos relacionados con la planificación. Una organización similar se da en las grandes y medianas ciudades.
La financiación de estos proviene de la recaudación de impuestos y de los llamados “munibonos”. La deuda municipal en EEUU en estos bonos municipales asciende a 2,9 billones de dólares.
Como decía antes, una gran crisis sacude a todo este entramado municipal de Este a Oeste y de Norte a Sur, según informaciones contrastadas de fuentes creíbles; en situación de “cuasi” quiebra podrían estar más de medio centenar de grandes y medianas ciudades, y podrían dar la cara, y llegar a la situación de suspensión de pagos antes de 2017. Como ya ha sucedido en Detroit con una deuda de 18.500 millones de dólares y otras 7 ciudades más.
Y este es el gran problema que de verdad sería necesario tener en cuenta, la situación económica de los ayuntamientos derivada de una organización ineficaz en  la prestación de los servicios públicos que demanda la ciudadanía del siglo XXI.
La gran pregunta es ¿qué servicios tiene que prestar la administración local, bajo que formula de gestión y a que coste económico? Y no continuar sin  abordar a fondo el problema arrastrando una deuda imparable de tiempo atrás y sometido al despilfarro de medios por un sistema que se muestra ineficaz, en muchas ocasiones, por tanto dirigente inepto y no pocas veces corrupto.
Y esto está pasando tanto en EEUU , como en la vieja Europa y particularmente en España, según me cuenta Nora, donde en estos últimos días el partido conservador que detenta el Gobierno, valiéndose de la vieja estrategia del globo sonda, señalando la luna llena con su dedo  está  generando un falso debate sobre la necesidad de cambiar la forma de elección de los alcaldes, desviando con este señuelo el debate de las verdadaderas preocupaciones de  los ciudadanos que son  otras, como el desempleo, la sostenibilidad del sistema de salud ,  de la educación, de las pensiones, del secesionismo territorial, del papel de España en Europa,  etc.….
Y  ambos coincidimos en cualquier caso con referencia a los ayuntamientos, en que el debate no es la forma de elección del alcalde sino de la angustiosa situación que viven la gran mayoría que deviene de unos ayuntamientos, cada vez más endeudados hasta límites de bancarrota, que recortan servicios esenciales y los prestan cada vez con  menos eficiencia y una clase política que los representa cada vez mas desprestigiada en la misma proporción que han venido aumentando el despilfarro en obras faraónicas de dudoso gusto y difícil encaje de justificación del coste, en gastos desmesurados en plantillas de personal hinchadas en los que abundan ejércitos de “nepotes”, y en gastos corrientes injustificables desde una mínima racionalidad en la prestación de los servicios, y todo ello realizado bajo el paraguas de una corrupción rampante porque han fallado y persisten los errores en los controles para evitar los abusos.

Se hace tarde, salimos a la calle y entre los rascacielos de la 5ª se asoma una luna llena, deslumbrante,  la señalo con el dedo y lo pongo justo en la dirección del ático de Nora, nos miramos y mantenemos una sonrisa cómplice….

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