miércoles, 27 de agosto de 2014

Mercado Político I. Por Camilo Buendía

Cádiz, agosto de 2014
Soy del criterio, alejado tengo la impresión de la gran mayoría de los ciudadanos y ciudadanas, de que la POLÍTICA sigue siendo la solución a los grandes problemas de nuestro tiempo. Eso sí, otra POLÍTICA, otro mercado político, otra forma de hacer política.
Es por ello que reclamo la necesidad de nuevas actitudes en política, la transformación de los partidos políticos en verdaderas herramientas de gestión para los intereses ciudadanos, el acercamiento de la vida política y de la vida de los políticos a la vida de los ciudadanos de a pié, como modelos y ejemplos a seguir, liderando los colectivos. Cambios estos que han de producirse por acuerdos normativos de amplia base entre las fuerzas políticas o por la decisión unilateral, de no alcanzarse el deseado acuerdo, y aplicación a sí mismos, de quienes estén convencidos de la bondad y utilidad de esa, para mí, prioridad. Un nuevo mercado político y unas nuevas ofertas políticas.
El compromiso, el esfuerzo, la transparencia, la honestidad, la integridad, el respeto, la colaboración entre administraciones y la defensa de los intereses generales mayoritarios, con respeto a las minorías, han de ser valores y actitudes comunes a todos frente a las lógicas diferencias ideológicas en las propuestas políticas a los ciudadanos. La gestión política, los resultados, la evaluación del desempeño en las responsabilidades de cada cual en el papel que la democracia (la votación de los electores) les de, han de ser los niveles de medición de nuestros gestores políticos. Qué dije y qué hago; cómo lo hago y qué resultados obtengo. Quizás con ello se produjera un cambio en el alejamiento de la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas a la política, del que tanto se quejan los partidos políticos.
Para todo lo anterior, que será motivo de otra reflexión, me parece fundamental la revisión, reformas en positivo, de las competencias de los diferentes niveles administrativos, la lealtad y colaboración institucional y la sanción o penalización, con el mayor de los rigores,  cuando no se cumplan esos consensos normativos alcanzados.
No es razonable que todas las administraciones se exijan unas a otras el cumplimiento de supuestas, o reales, competencias entre sí, al mismo tiempo que prometen, y en algunos casos hasta gestionan, aquellas que no tienen, mientras las propias, en muchas ocasiones, están sin atender o cubrir.
Ayuntamientos que reclaman mediante acuerdos plenarios la solución a los transgénicos, al cambio climático o el inicio o finalización de concretos acuerdos internacionales, prometen impulsar una carretera, construir un hospital o un centro de mayores y gestionan recursos para el empleo, mientras no pagan sus servicios sociales, tienen conflictos en la recogida de basuras o bien no responden a los grupos de la oposición sobre los problemas locales que se le plantean.
Comunidades Autónomas que incumplen leyes básicas del Estado en materia de dependencia o no atienden plenamente sus competencias educativas, construyen aeropuertos y no reducen estructuras propias ociosas mientras reclaman al Estado más recursos.
Diputaciones arbitrarias en el reparto de los recursos entre las poblaciones menores de 20.000 habitantes que deben atender con carácter preferente, mantienen colegios mayores, centros de día, negocian para sí convenios laborales privilegiados frente a las administraciones locales que han de asesorar técnica, económica o materialmente, y desarrollan planes de fomento de empleo sin coordinarse con la administración competente en dicha materia y, por supuesto, mantienen en mal estado carreteras provinciales de su exclusiva competencia.
Un Estado que, sin inmutarse y unilateralmente, instrumenta sus competencias básicas y de coordinación en cualquier materia para vaciar de contenido las del resto de administraciones, rompiendo consensos básicos y necesarios para el interés general, en una actitud recentralizadora contraria a la legislación vigente.
Parece, por tanto, necesario, en defensa de una buena gestión pública y siendo partidario de la descentralización administrativa y de una gestión eficaz, eficiente y colaborativa, reflexionar detenidamente sobre estas situaciones y tomar decisiones de reorganización administrativa y de gestión, clarificación de las responsabilidades propias y las compartidas y la necesaria colaboración y lealtad institucional entre las administraciones, ejercitando la pedagogía política para la mayor comprensión ciudadana de las responsabilidades de cada cual, que estos conozcan cada vez más y con mayor claridad los diferentes niveles competenciales y facilitar, así, a la ciudadanía, una exigencia más directa del cumplimiento de los mismos sin que se utilice la fácil artimaña de embarrar todo y reclamar al otro antes de ejercitar lo propio. Finalmente, habría que llevar a cabo una redistribución de los recursos existentes y de las capacidades fiscales y recaudatorias para el sostenimiento de las competencias de cada cual, acorde con esa nueva situación, y ponernos todos a trabajar por y para el ciudadano y los intereses colectivos.
Si no es así, seguiremos encontrándonos que cuando el desempleo se incrementa, que no es más que más ciudadanos con necesidades y con problemas, comienza el fuego cruzado de las responsabilidades como arma arrojadiza y nadie sabe a quién exigirlas pues, si se reduce, hasta el propio ayuntamiento tiene la osadía de adjudicarse el mérito con el actual reparto competencial.

Quizás puedan hasta sonreírse muchos de ustedes y me consideren un ingenuo, pero es que estoy convencido de la necesaria regeneración ética de la POLITICA para una salida entre todos de situaciones complejas y difíciles, y para ello unas nuevas reglas de nuestro necesario mercado político, y unas actitudes éticas, me parecen imprescindibles.

domingo, 24 de agosto de 2014

¿PSOE INSENSIBLE? Por Diego Corriente.

Cádiz, agosto de 2014
En los últimos años hemos presenciado como el PSOE ha sido capaz de modificar la Constitución, para limitar el gasto público, ha sido testigo de reformas laborales que no dan empleo, asiste a un deterioro del sistema educativo en todos los niveles formativos, no ha puesto sobre la mesa un modelo sanitario sostenible, desde la perspectiva financiera y aseguradora, sustitutorio al que propugna el PP, no está apuntando a una reforma fiscal, que afronte una mejor redistribución, en definitiva, lo único que parece preocuparle, o por lo menos, lo que nos llega a nosotros, a la opinión pública, es que quieren seguir renovándose, que quieren ganar las elecciones municipales, y  supongo que las demás, y parece también  que se conforman con que esto, no entienden lo que ellos denominan la clase media. Pretensiones legitimas, si hubiesen  hecho las tareas que los españoles y sus tradicionales votantes están esperando, esto es, la articulación y el cumplimiento, donde gobiernan, del ideario socialdemócrata o liberal progresista, o algo que los diferencie de los adversarios  conservadores del PP. Pues es difícil distinguir comportamientos y actitudes allí donde gobiernan, los unos respecto de los otros. Pues considerando, que en el PSOE, están ideológicamente en contra de las soluciones neoconservadoras, respecto de reformas necesarias en el Estado del Bienestar, obviamente para mejorarlo, según aquellos, tampoco conocemos medidas alternativas de estos. Mientras, en algunos Ayuntamientos no han tenido ningún pudor a la hora de  privatizar el suministro del agua, ni tampoco, a pesar de la excesiva fiscalidad municipal, se observen mejoras de los servicios públicos locales, y no estoy pidiendo gratuidad en el transporte público local, como tienen algunas ciudades europeas, no, ante todo esto, los ciudadanos se preguntan, ¿donde están las diferencias?, de estos o aquellos. Pero la diferencia  tiene que llegar, tras un proceso racional de reformas, que incluya una simplificación y modernización de una Administración costosa, con cuatro niveles territoriales y una red de empresas públicas, en la mayoría de las ocasiones en competencia con el sector privado, ¿hoy alguien habla de esto?, y no es que yo esté a favor del “estado mínimo” (Nozik), pero estamos ante una oportunidad, y creo que es necesario aprovecharla.
Sin entrar en el fondo de la cuestión, la reforma que hoy plantea el Gobierno, sobre el proceso de elección de Alcaldes, posiblemente beneficie  a los proponentes, pero, no sería el momento de hablar de cuestiones de mayor alcance, en vez de rechazar el dialogo, en línea a simplificar y adelgazar, un sector publico que posiblemente nunca más podamos pagar, en consecuencia, mostrar disposición para acordar estas u otras reformas, pues  en democracia, cuenta también la capacidad de entendimiento entre gobierno y oposición, digo más, es una obligación de los dirigentes  de buscar puntos comunes de acuerdos y consensos, sin embargo, contrariamente  desde el PSOE, hoy se responde con un “frente formal” de oposición cerrada, frente, que nos hubiese gustado ver  cuando se reformo la Constitución, cuando se modificaron los derechos laborales, cuando se recortaron los sueldos y las pensiones, en definitiva, cuando el conjunto de los ciudadanos experimentó una devaluación de sus rentas, como solución para la recuperación económica, que sigue en ralentí, a pesar del sacrificio de la población, y ante todo esto, no hubo una oposición cerrada, no se hizo visible una protesta tan contundente, ni se ha conocido medidas alternativas, que aporten esperanza y despejen tantas incertidumbres, que hoy preocupan a los ciudadanos. Pues sepan, que beneficie a unos u otros, esta propuesta tiene que ser, y debe ser,  el comienzo, pues está, viene a prever que en el futuro, no proliferen los gobiernos bipartitos o tripartitos, pues esto, además de ser más costoso, propician gobiernos débiles, en un momento crítico que puede dificultar la superación de esta crisis interminable, pero además, puede impedir que el transfuguismo y el mercantilismo corrompan las Instituciones, y sobre todo, esto no les importa hoy demasiado a los ciudadanos, pues sus problemas, son aquellos de los que hoy no hablan, ni los unos ni los otros, ¿será incapacidad o insensibilidad?.

viernes, 22 de agosto de 2014

A VECES SÍ, A VECES NO…DEPENDE DE SI ME CONVIENE. Por Inmaculada Sánchez Velasco

Valencia, agosto de 2014. 

@kayaya19 El Ministerio de Educación nos tiene acostumbrados a estentóreas declaraciones de su máximo responsable, el impresentable necio sr. Wert o de su segunda de abordo, la Sra. Gomendio.  A lo largo de estos casi tres años en el Ministerio nos han “deleitado” con frases tan recordadas como: “nuestro interés es españolizar a los alumnos catalanes” (se ve que a las alumnas, no); “la educación pública ha dejado de contribuir a la sociedad. Hay que centrarse en la calidad” o “no estamos para gastar 4.000 millones en estudiantes que dejan la carrera a medias”. Podría seguir citando frases de menosprecio del sr. Wert no sólo a la educación sino también a quienes la imparten. Pero, el peor Ministro de la historia de nuestro país, no merece ni una sola línea más comentando sus palabras (Y mira que este país tuvo al franquista Julio Rodríguez, el del calendario juliano). Él mismo se califica.


Sin embargo quiero resaltar la doble vara de medir del Ministerio de Educación respecto a las pruebas internacionales a las que se somete nuestro sistema educativo. Por un lado tenemos el informe PISA, conocido por tod@s,  que evalúa los conocimientos del alumnado de 15 años en Matemáticas y Lengua. Los resultados  conocidos este curso vuelven a mostrar una vez más las carencias de nuestro alumnado en estas especialidades referidas a solucionar “problemas” de la vida cotidiana del alumnado (sic). Pues bien, el sr. Wert arremetió una vez más contra el alumnado, el profesorado y, sobre todo, contra el PSOE puesto que esa prueba se realizó en 2012. Se quejaba amargamente de que “el sistema educativo es «excesivamente memorístico, repetitivo y a veces aburrido para el alumno»”. Por eso se inventó (y aprobó en solitario el PP)  la LOMCE, una Ley clasista, segregadora, mercantilista, llena de pruebas memorísticas con reválidas continuas…!!!!. Para él, en este caso, PISA demostraba que los alumnos y las alumnas de nuestro país necesitaban más mano dura en sus estudios y menos comprensividad, adaptaciones curriculares, diversificación o programas de cualificación profesional inicial.

Pues bien, la contradicción viene cuando hace pocos días se ha hecho público el ranking de Shanghái sobre la excelencia de las Universidades. Únicamente una Universidad española ha quedado entre las 200 primeras del mundo. El Director general de Política Universitaria del Ministerio se ha descolgado con declaraciones como esta: la universidad española es una de las mejores de Europa” y que tiene “departamentos de lujo, comparables con los mejores del mundo” o “Hace unos días, como todos los años, se publicó el ranking de Shangai y todos los periódicos titulaban que España tenía sólo una universidad entre las 200 primeras. No os fiéis de esos rankings. Todas las universidades españolas son muy buenas”.

Los resultados de las Universidades sí que les ha molestado, y mucho, y por tanto los rankings (que tanto les gustan al PP) no son de fiar. Eso sí, no ha salido una sola palabra del Ministerio de la calle Alcalá sobre los recortes en los presupuestos educativos, la minoración e impagos en las becas o las subidas de las tasas académicas. Eso para el Partido Popular no influye en el día a día en las aulas, desde Educación infantil hasta la Universidad, no determina quién puede estudiar o no, no crea desigualdades en nuestra sociedad…

Si el sr. Wert sigue en el Ministerio no es gracias a una meritoria labor al frente del mismo en pos de una educación igualitaria, de calidad, con recursos humanos y económicos suficientes, sino porque está puesto ahí por el sr. Rajoy para llevar a la práctica toda una reacción (que no revolución) ideológica y adoctrinadora de la derecha más rancia, clasista y pija de este país.

Así que ya saben: a veces sí, a veces no…depende de lo que le convenga al Partido Popular en diferido o simulado.

miércoles, 20 de agosto de 2014

MANTRA VERSUS EQUILIBRIO MENTAL. Por Camilo Buendía

Cádiz, agosto de 2014
Foto: Photo.Pin
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“La recuperación ha llegado para quedarse”. Ese el nuevo mantra con el que el Gobierno de la nación, desde todos sus niveles, está ilustrándonos desde los inicios del verano, además de con los datos macroeconómicos concretos que, según el criterio de nuestros gobernantes, avalan esa afirmación. Es esta siempre una época, el verano, atractiva para gastar y para buenos propósitos y, por tanto, necesitada de todos los estímulos posibles para que así sea, nuestro consumo se anime, y salgamos con él de esta situación. ¡Ese necesario cambio de ánimo, ese nuevo estado de ánimo necesario para una anunciada realidad, y que una nueva situación económica más favorable que la que supuestamente abandonamos nos ilumine!. Al fin y al cabo, se hacen eco de esa afirmación que tanto criticaron cuando estaban en la oposición y que recuperó posteriormente el estadista De Guindos: la economía es un estado de ánimo. Por consiguiente, podríamos deducir que la tesis que el Gobierno abraza es que resolviendo la economía y mejorando nuestro estado de ánimo ante la situación, todo debe haber mejorado.
Hemos pasado ya de los brotes verdes, y de las luces al final del túnel, a atravesar con éxito el cabo de Hornos, dijo Rajoy en el pasado debate del estado de la nación, como si de una épica gesta se tratara, y él al timón, para afirmar que la recuperación ha llegado para quedarse. Ojala así sea, y no seré yo el que se queje de ello y ponga obstáculos a esa “realidad”, de serlo. Por consiguiente, me sumaré abiertamente a la alegría cuando a mí me convenza. Lo que me sigue preocupando aún, y es lo mismo que me preocupó al comienzo de la crisis y aun no se me ha disipado, porque salir algún día saldríamos y eso lo sabíamos, no es más que el estado en el que lo haríamos; hoy, mi preocupación, sería, y es, si es así como afirman nuestros gobernantes, en qué estado salimos. Y, sinceramente, mi estado de ánimo no cambia, aunque no quisiera perder la esperanza, por mucho que repita el mantra, pero sí quiero seguir cuerdo.
Por ello, y además, queriendo ser coherente y siendo consciente de que todos los deseos no pueden cumplirse, o más bien casi ninguno si no se toman las medidas adecuadas, no estoy dispuesto a ser un crédulo ciudadano ajeno a la realidad.
Por tanto, pensemos: si veníamos de una crisis financiera mundial que genera una crisis económica que, en nuestro caso, se ve incrementada por una crisis del mercado inmobiliario por nuestra particular burbuja inmobiliaria, sostén de nuestro sistema productivo,  con un endeudamiento privado importante y uno público razonable, una alta prima de riesgo ante la desconfianza inversora a nuestro futuro y un altísimo desempleo general y juvenil en particular, y hemos conseguido mejorar la prima de riesgo, contener el endeudamiento privado e incrementar sustancialmente el público, precarizar las contrataciones, desequilibrar las relaciones laborales, abaratar los despidos,  incrementando el desempleo y no minorando tampoco el juvenil...; si la situación política era de falta de colaboración y acoso al gobierno de turno, en minoría, para sustituirlo por una solitaria y sólida mayoría parlamentaria que no busca colaboración sino imposición de sus criterios, en una situación política percibida por los ciudadanos como maloliente por la continua aparición de casos de corrupción que van desde la Corona, los partidos políticos, el Gobierno, los sindicatos, los empresarios y la judicatura, lo que desemboca en una crisis institucional sin precedentes, al día de hoy sin resolver, y sin compromisos claros por nuestros dirigentes de que pueda ser así...; si nuestros problemas de productividad, competitividad y consumo han sido abordados con una de las subidas de impuestos mayores de todo el período democrático, con una rebaja de sueldos, un desmantelamiento y reducción de servicios y derechos con vocación universal que buscaban la cohesión y la igualdad, como la educación, la salud o la atención a los más necesitados y menos favorecidos y, por ende, se ha generado pobreza y desigualdad que, además, limita la posibilidad de crecimiento por el propio incremento del consumo por el mismo empobrecimiento...; si los agujeros ocasionados por la mala gestión en el sistema financiero, de personas que se han jubilado, o pasado a otras responsabilidades con indemnizaciones y/o pensiones millonarias, han sido resueltos con un rescate bancario que financiamos los ciudadanos, los que recibimos nóminas y pagamos IRPF, no los que manejan capital y pagan pocos impuestos y tienen dineros evadidos en el extranjero o en paraísos fiscales sin tributar en España, la mayoría exonerados de responsabilidades directas por sus desastrosas decisiones...; si la cohesión social y la igualdad han sido abordados limitando derechos anteriormente adquiridos,, o restringiendo el acceso a los mismos de colectivos necesitados de ellos como desempleados a prestaciones o dependientes a la Ley de Dependencia, o  estudiantes a becas, o pretendiendo restringir a las mujeres su libertad a decidir con su cuerpo, o teniendo la menor tasa de cobertura del desempleo de los últimos 14 años, en torno al  50%, expulsando del sistema a quienes no tienen recursos suficientes para estudiar, o abandonando a su suerte a colectivos dependientes que han de resolver su situación haciendo volver a miles de mujeres a casa para cuidar de sus mayores...; si esta nueva realidad es la recuperación y ha llegado para quedarse, porque la bolsa ha ido subiendo y las grandes empresas del ibex no han dejado de ganar dinero durante todo este martirio, porque nuestras exportaciones han ido mejorando y vendemos más barato como si nos hubiéramos convertido en hispasiáticos, porque las contrataciones se incrementan aunque sean a tiempo parcial y mal remuneradas porque eso es lo que hay o te quedas en la cuneta, reduciéndose la tasa de desempleo por el abandono del mismo de miles de jóvenes que marchan al extranjero en busca de oportunidades por el nuevo sistema de la movilidad exterior, o miles de inmigrantes que tienen que volver a casa porque están abandonados a su suerte tras caer en el foso del desempleo, tras ayudar al crecimiento de este país. Si quienes tantos esfuerzos nos han obligado a hacer no han dejado en el camino ninguno de sus privilegios y, por tanto, las desigualdades no han hecho más que acrecentarse en vez de disminuirse en nuestra sociedad, si en las familias con dificultades hay una legión de mayores que con sus cortas pensiones están manteniendo una situación de por sí explosiva si no fuese, además, porque hay que buscarse la vida y la economía sumergida o irregular no ha hecho más que crecer, si la morosidad no siguiera incrementándose por el empobrecimiento de la población y los desahucios siguieran produciéndose como lo hacen y no hubiera cada día más personas recogiendo en los contenedores de basura lo que sea para su sustento..., si todo eso no fuese así, o por lo menos yo así lo veo, no tendría ninguna duda de que eso es lo que yo quiero.
Por todo ello, de lo que sí estoy convencido es de que el cambio que se ha producido ha sido tan sustancial y de tan hondo calado que no es el mismo modelo corregido en sus déficit o errores sino que se trata de un modelo diferente, ¡muy diferente!, ideológicamente diferente, que yo no comparto. Y, para mí, ese es el estado en el que salimos, habida cuenta de las escasas alternativas que desde el ámbito de la izquierda socialdemócrata, en crisis también para variar, se ha ofrecido al mismo para la defensa de un estado del bienestar reformado, corregido y sostenible.

Por tanto, aunque pueda creerme el mantra de que la recuperación ha llegado para quedarse, porque la crisis económica se termina, mi estado de ánimo no puede cambiar mientras no se resuelvan también, y ciertamente mejor que la económica, lo más profundo de esta crisis global a mi parecer, las crisis política, social e institucional, que angustian el futuro. Mientras tanto, para no caer en euforias artificiales ni en depresiones forzadas,  motivadas por la aceptación del mantra o la posible colisión con la realidad, porque pudiéramos no estar tan bien social, política, institucional o económicamente, y repito que mi deseo es el contrario, apelo, estemos o no de acuerdo con mi análisis,  al sentido común y a la estabilidad mental, que es fundamental siempre, aún estando todo arreglado y, sobre todo, si estuviera todo o parte tan mal.

sábado, 16 de agosto de 2014

NI SE TOMA NOTA, NI OPOSICION. Por Diego Corriente

Cádiz, agosto de 2014
Quien es el encargado de ejercer la oposición dentro del PSOE? han renunciado a tal práctica donde no gobiernan? y donde gobiernan, están contento con sus posiciones?, todo parece apuntar que sí, pues a tenor de  las pretensiones de la Presidenta Andaluza, quien considera que tras las Elecciones Municipales obrará el milagro, y este partido experimentará una subida, o confiar que la “democracia radical” que quiere aplicar el Secretario General de los socialistas, puede esto ser suficiente para recuperar el espacio perdido?, y para recuperar la confianza de la “clase media”?, creo que están algo confundidos. En primer lugar, las elecciones en este País siempre se han ganado contando con el centro sociológico, en segundo lugar, hablar y seguir hablando de cuestiones internas de los partidos, no es el problema para solucionar el retroceso electoral, las cuestiones internas preocupan, pero no es la principal inquietud de los ciudadanos ni de las denominadas  clases medias a la que alude el Secretario General de los socialistas. Los ciudadanos quieren que se hablen de sus problemas, y es bien cierto, que hablar de esto es poner medidas e ideas sobre la mesa, y parece que no ha llegado el momento, parece que este llegará con las Elecciones y después ya veremos.   Lo que interesa a los ciudadanos es saber si el Estado del Bienestar seguirá retrocediendo, esto es, si las becas se seguirán recortando, si las Universidades Españolas seguirán estando en la cola de Europa, si las pensiones, que son un derecho, están garantizadas por el sistema público, o es necesario orientar a los ciudadanos hacia otros mutualismos, más sólidos, solventes y rentables, si la Sanidad seguirá mejorando, o por lo contrario seguirá abducida por el corporativismo que hoy la controla, en ocasiones con la falsa pretensión de defender lo público, sin que se aprecie un atisbo de mejora, en su calidad en su administración. Y todo, por tener antiguos prejuicios respecto de la gestión concertada, participada o privada, estos servicios, supuestamente universales y gratuitos se consideran que tienen que ser gestionados en su integridad por la burocracia pública. Esto, además de monopolizar e intervenir en buena parte de la economía Regional, si consideramos las repercusiones tan importantes, que en términos de valor añadido,  tiene el Estado de Bienestar en la Región, impiden que  otras sinergias, derivadas de una nueva, sencilla y moderna gestión, contribuyan al flujo financiero de estos servicios, pues modelos de gestión del bienestar existen en todo el mundo, desde el modelo suizo al cubano, nos encontramos con múltiples formas de gestionarlo, además de otras tantas de financiarlo, y no digo de la diversidad en cuanto a prestaciones de servicios. Entonces, ¿no es posible otro modelo?, considerando que más pronto que tarde, se tendrá que poner en  práctica reformas, cuyo principal destino es recabar recursos para mantener las políticas sociales y en especial la sanidad, no justificaría esto sólo un gran pacto nacional, no fortalecería esto a la socialdemocracia. Creemos, que sólo con la recuperación en parte de la economía, se salvará el problema que hoy tiene el Estado del Bienestar, no hemos pensado que este País, tendrá que pagar una deuda pública muy importante (más de un billón de euros). Se ha  considerado que incluso creciendo en términos de PIB, nuestra estructura administrativa, con cuatro niveles territoriales y sus ramificaciones, harán imposible una mejor redistribución de los recursos, y que los impuestos de los ciudadanos no den para tanto. Donde quedo la reforma o supresión de las Diputaciones, o la concentración y racionalización municipal o la redefinición de algunas competencias. Francia al igual que otros países europeos, han realizado  un ajuste de sus administraciones territoriales, y siguen en ese proceso, aquí hemos preferido empezar por los recortes a los funcionarios, por los costes y derechos laborales y después ya veremos.
Hemos analizado, si en un futuro no muy lejano, se podrá seguir creciendo como hasta ahora lo hemos hecho, estamos considerando la posibilidad de que un crecimiento responsable, a la vista de unos recursos naturales finitos y escasos, pueden alumbrar un nuevo sistema de redistribución, similar al que propugnan los defensores de la “economía del decrecimiento”. Hace unos días la catedrática de ética y emérita Victoria Camps realizaba unas declaraciones de la que se desprendían interrogantes y planteamientos muy acertados, sobre el papel de los poderes públicos,  sobre el Estado del Bienestar, sobre una nueva política económica, que sería necesario analizar, para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, los que anidan la marginación, los que están en el umbral de la pobreza, también para la estratificada y diversa clase media, y para los de otras clases que van camino de estas,  alguien ha tomado nota.

miércoles, 13 de agosto de 2014

GATO BLANCO, GATO NEGRO ... Por John Fitzgerald

Cádiz, agosto de 2014
Qué más da, si caza ratones. Esta famosa frase de Deng  Xiaoping  en 1960  era una crítica abierta a las tesis inmovilistas del sistema económico  comunista que  había fracasado ostensiblemente con el  programa conocido por El Gran Salto Adelante  que se desarrolló entre 1958 y 1961, inspirado por Mao Zedong y el comité central del partido comunista chino, con el que  pretendían erradicar el hambre y la miseria del país más poblado de la Tierra, mediante un programa de reformas y transformaciones  basados más en el voluntarismo y la colectivización de esfuerzos  que en la de una modernización real de los sistemas productivos disponibles entonces en la Republica Popular de China.
Con este programa del Gran Salto, el gobierno chino pretendía  industrializar el país y aumentar la producción agrícola haciendo uso del trabajo colectivo en masa obviando la importación de maquinaria pesada. La acción más llamativa llevada a cabo consistió en la creación de pequeños altos hornos en los patios de las casas para la fundición de acero. Se llegaron a crear un millón de ellos que solo pudieron fabricar una aleación de mala calidad y como consecuencia de ello la perdida de ingentes recursos tanto materiales como humanos.
 Sin duda el dirigente chino Deng  ,aprovechando la situación de la experiencia fallida  del ambicioso programa, causante de la ruina del país y de una hambruna que se llevo por delante decenas de millones de chinos, se enfrento al poder establecido, representado por Mao, expresando en voz alta la famosa frase que significo la puesta en escena de  su  distanciamiento de la ideología comunista y al mismo tiempo reforzaba su convencimiento  que, para sacar del atraso económico y social a la China de entonces había que  cambiar  ciertas reglas de juego propias de la ideología comunista imperante, incorporando principios propios de la economía liberal y capitalista al  cerrado régimen comunista, esto es,  supo anteponer el “pragmatismo” a los dogmas ideológicos del sistema; de hecho junto a Liu Shaoqi fueron los que hicieron posible el gran cambio experimentado por la República Popular de China en las últimas cuatro décadas.
La propuesta de Deng  era que había que cazar ratones (salir del subdesarrollo que asolaba al país) importando poco o nada el color del pelaje del gato (incorporación de principios de la economía liberal capitalista), porque con la política de Mao y del comité central del partido los ratones se multiplicaban y campaban a sus anchas en una China cada vez más empobrecida.

Deng, después de aquel episodio de la famosa frase, cayó en desgracia y fue depurado y deportado a una provincia China y obligado a trabajar en una fábrica de tractores, al mismo tiempo que un hijo suyo quedo tetrapléjico después de haber sido lanzado por una ventana de la Universidad de Pekín por los guardias rojos creados por Mao Zedong durante el periodo de la Revolución Cultural.
Rehabilitado posteriormente  al poder a partir de 1979 Deng  llevo a cabo un ambicioso programa, conocido por las 4 modernizaciones, basado en la modernización de la Economía, de la Agricultura, de la Ciencia y el Desarrollo Tecnológico y de la Defensa Nacional.
Esta nueva política, condujo al reconocimiento diplomático de Estados Unidos, o a hechos tan insólitos como la venta de aviones de Boeing o el anuncio de la implantación de Coca Cola en Shanghái.
Estas aperturas hacia el modelo liberal económico siguieron promovidas y apoyadas  por sus sucesores en el poder, desembocando en 2001 en el acceso de China a la OMC auspiciado por EEUU, con lo que se garantizó la apertura completa a todos los mercados occidentales, y con ello inundar al resto del mundo con sus productos, experimentando en más de una década  un crecimiento económico inusitado hasta la fecha.
 El gato famélico de  Deng Xiao Ping , que no era ni blanco ni negro, se convirtió en el Tigre que ha modificado el equilibrio mundial.
Hoy España sigue atravesando una difícil situación de crisis que nos afecta a todos sumidos en una crisis profunda de la política, de una crisis moral y ética, económica  y social que toca de lleno prácticamente a casi todas las instituciones y estamentos del país.
Por lo tanto y como diría Deng  Xiaoping y también quien se hizo eco de su famosa frase en España, Felipe González: poco o nada debe interesar el color del pelo del gato, si de lo que se trata es salir como país de una concatenación de problemas que no parecen  resolubles desde el partidismo reinante en estos momentos.
La altura de miras que debe exigirse a la Política, y a sus principales actores: los políticos ,no puede esperar más , por ello creo que es necesario acometer grandes y profundas reformas si queremos resolver nuestros problemas actuales y para ello es necesario trabajar desde la búsqueda del acuerdo y el consenso, desde lo que nos debe unir,  abandonando y rechazando banderías partidarias, despojándonos de ropajes ideológicos que entorpezcan el progreso del país, dialogando sinceramente hasta que logremos un país donde nos reconozcamos todos :justo, solidario, culto, moderno y eficaz ante los retos presentes y futuros.
Trabajando desde la honestidad y la máxima transparencia por un crecimiento económico que haga sostenible la protección social eficaz del estado del bienestar, para ello hay que establecer acuerdos de cierta profundidad  de las principales fuerzas políticas, no necesitamos gatos del pp, o gatos del psoe, o de cualquier otro partido… necesitamos gatos que cacen ratones.
Urge, en mi opinión y seguramente en la de muchos españoles hacer una apuesta conjunta de las principales fuerzas políticas. Un gran Pacto de Estado  para enfrentarnos a la difícil  tesitura actual, y afrontar una Nueva Transición democrática que pasaría por establecer las reformas necesarias en la Constitución para resolver viejos y nuevos problemas del país, que afectan, al modelo territorial y pueden afectar al modelo de convivencia si se quiebra y otros aspectos no menos importantes como el papel del Senado, la financiación de los territorios o la supresión de órganos obsoletos y duplicados.
 Acuerdos para dar respuesta y protagonismo al papel de España en Europa haciendo valer el factor Mediterráneo, instando a una alineación de países que comparten con nosotros una cultura común  como seña de identidad de nuestra posición en el continente.
 Acuerdos para modernizar nuestro sistema productivo cambiando la maraña actual de trabas burocráticas, las reglas del juego regulatorias y financieras en aras de la creación de riqueza y empleo. Exigencia de transparencia en la gestión de los proyectos y las cuentas públicas. Reforma profunda del Tribunal de Cuentas
Acuerdos para fomentar la formación de calidad para el empleo. Ligando la formación solo  al tejido productivo real: las empresas. La formación no tiene que financiar instituciones como organizaciones sindicales y empresariales.
 Acuerdos para consensuar una educación solvente para todos, no excluyente, basada en la ética de los valores y la  promoción de la ciencia y tecnología, desterrando que se cambie la ley de Educación  cada periodo legislativo según quien ocupe  el Gobierno.
 Acuerdos para mejorar la eficacia  y la eficiencia  para hacer sostenible el depauperado sistema de salud, erradicando clichés trasnochados sobre el modelo de gestión.
Acuerdo para simplificar la ingente e ineficaz  trama legislativa, limpiando y fijando solo las leyes necesarias.
Acuerdo para cambiar el sistema judicial, el sistema de elección de los jueces y fiscales, y los órganos de control  de jueces y fiscales.
Estos son nuestros ratones más grandes y para cazarlos, tal como diría Deng, solo necesitamos un gato despojado de color alguno si queremos convertirnos en los próximos años en el Toro de Europa.

domingo, 10 de agosto de 2014

Encuestas e Indignación ... Por Diego Corriente

Cádiz, Agosto de 2014
Llegaron las encuestas y con estas las percepciones que los ciudadanos tienen de los políticos y de la política. Se manifestó  la España en paro, la de los preferentistas, la de los pensionistas, la de los desahucios bancarios, la de los funcionarios víctimas de los recortes o de aquellos que ni tan siquiera cobran, por la pésima gestión de sus gestores, afortunadamente ha sido una muestra, esperen que se manifieste el resto del paño.
Se manifestaron los ciudadanos, que siguen pagando los mismos impuestos percibiendo  peores servicios, se manifestaron respecto del poder político, sobre la gestión de lo público. Opiniones nada gratificantes, pues a mi modesto entender, apuestan a la desesperada, por una formación política de dudosa capacidad para gestionar la realidad, de inconsistencia orgánica  e ideológica, de falta de experiencia y de una nula visión, para enfrentarse con los problemas que aquejan a nuestra sociedad hoy. Pero lo más llamativo,   en estas encuestas sale mal parada Andalucía, mejor dicho los dirigentes andaluces.  Que por cierto, hace tan solo unos días, fecha del Congreso de los socialistas, se convertían en los garantes del conclave nacional, pero para sorpresa de muchos de los suyos, y no de muchos ciudadanos, las expectativas parecen desinflarse, después de  tantas  fotografías con los del Ibex-35 y con esa pretensión católico-populista de la Presidenta de explicarle al Papa lo del desempleo. Se termino el Roció, la Semana Santa de los legionarios, las ofrendas  florales, la España cañí, y se manifestó y dio la cara la España  de Machado y la Andalucía de Miguel Hernández.

 Ahora hay que trabajar, hay que decir que se quiere hacer con un territorio de las dimensiones del andaluz, con más de ocho millones de habitantes, con su economía, con su tasa de paro, con su tejido productivo, con una Administración bajo mínimo y sobre todo, con una sociedad civil sin articulación, y con un proyecto político, el que soporta a la mayoría del Gobierno, el proyecto político que esperan los españoles y andaluces, y que estos perciben agotado, a través de los servicios del Estado del Bienestar, la sanidad, la educación, las pensiones. Qué hay de lo nuestro, dirán los ciudadanos, tanto Congreso, tanta renovación, tanta foto, y tan pocos titulares que aporten luz al futuro de una sociedad, cada vez más descapitalizada, social y económicamente; con sus jóvenes formados y emigrados, con los ahorros de la clase media y de los mayores, consumidos en la pira de la supervivencia, mientras, el capital andaluz, los empresarios andaluces, esperan signos de interlocución, de que alguien les explique cómo se sale de la crisis, cómo progresará Andalucía, cómo se recuperará esta economía, antes de que tengamos todos que recurrir y montar un chiringuito de  playa o un chiringuito de formación. Tampoco los empresarios quieren cambiar a estas alturas de nombre, para que se les haga caso, aunque suene bien eso de “emprendedor”. Los empresarios quieren invertir en esta Región, a pesar de los bancos, y para eso, necesitan saber que quieren hacer con la economía los poderes públicos, a demás de intervenirla y monopolizarla, y sobre todo, quieren actuar, sin que nadie les pueda reprochar que ganen dinero, esto es, que  obtengan beneficios, o que se presenten a las elecciones cuando se discuten decisiones de los poderes públicos, pues en las “democracias representativas” los ciudadanos tienen obligaciones, pero muchos derechos, sobre todo, saber y participar de las decisiones que toman los dirigentes que son elegidos, a través de distintos medios. Por cierto,  dinero, dinero, quien lo ganan, son los que se dedican a la “formación” y no a la “Educación”.

viernes, 8 de agosto de 2014

Las Encuestas .... Por Camilo Buendía

Cádiz, Agosto de 2014
Las encuestas de opinión no son más que el reflejo puntual y momentáneo de la opinión ciudadana sobre las materias consultadas en ese momento determinado, por supuesto, condicionadas por el contexto en el cual se realizan, mediante técnicas estadísticas para el muestreo y para el análisis y validación de los resultados. Así entendidas, en la puridad de su técnica y elaboración, no pueden ser extrapolables a otros contextos y otros momentos pero sí, casi todos en esto coinciden, marcan tendencias.
Las encuestas de estimación de voto sirven a los partidos políticos que las realizan y a los gobiernos que las encargan para conocer las expectativas propias, y de sus adversarios, y la valoración de sus líderes, de cara a una confrontación electoral que se desarrollara en ese momento, y poder marcar nuevos caminos y corregir la orientación de los anteriormente tomados, o reafirmarse en los mismos, en función de la opinión que del estudio se extraiga.
Por tanto, la interpretación de los datos y la posible relativización o validación de los mismos dependerá mucho, según observamos en el gran teatro político, de si opina quien la encarga u otro que no esté en la cocina (lo que se suele atribuir a quien trabajó con los datos en la sombra), y de los resultados que le infiera el estudio, si son buenos o malos y se gobierna, e igualmente si se está en la oposición. Con ello se intenta por parte de todos los actores políticos, cuando les toca a cada uno, trasladar a la opinión pública, con el ánimo de influir en ella, un escenario subjetivo que avale los resultados si son buenos y la ha hecho otro que pueda resultar fiable, negarlos con la acusación de estar cocinados si no son favorables a sus criterios o refuerza excesivamente al adversario, relajar la euforia relativizándolos para no desinflar la tendencia positiva que aparece cuando son excesivamente favorables a las tesis de quien los encarga, o bien darlos por fiabilísimos si son malos para tu adversario y además no los has encargado tu mismo.
Es decir, el escenario de subjetividades es amplio y depende del papel que el interpretador tenga asignado en el teatro político: “no son mas que encuestas”; “la verdadera encuesta es la de la cita electoral cuando votan los ciudadanos/as”; “da la razón a nuestras tesis y demuestra lo que decimos”; “está cocinada y no responde a la realidad”... Cada uno de nosotros asignemos esas frases a nuestros actores políticos en función de dónde los situemos en cada momento, en el gobierno o en la oposición y de un signo u otro.
Lo que sí es cierto, sin ser un gran seguidor de las encuestas, y por la coincidencia que parece haber en todos aquellos que se mueven en ese mundillo independientemente de la interpretación, es que si están bien hechas en función de la muestra tomada y del margen de error admitido, de la ficha técnica de la misma, es que marcan tendencias, y en ocasiones esas tendencias, si no se toman decisiones (suponiendo que se encarguen para ello y no para confundir), son imparables y continúan.
Los resultados del último estudio dado a conocer en el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), realizado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de la Universidad de Granada (Capdea) a finales del mes de julio, se resumen en que de celebrarse en este momento las elecciones autonómicas de Andalucía, el PSOE sería el partido más votado pero casi empatando con el PP (36,87% y 36,15% respectivamente). Estos recientes datos no han dejado de causar sorpresa por las comparaciones que se pueden hacer de este estudio con el que hace seis meses hizo el propio Capdea, en el que el PSOE sacaba más de cinco puntos al PP, o con el del resultado de las europeas posteriores en el que la ventaja socialista se elevó a nueve puntos.
En cualquier caso mis dudas y reflexiones son:
-         ¿Son estos resultados fiables y pueden marcar una tendencia?.
-         Supongamos que sí pues no tengo argumentos para pensar lo contrario: ¿se están tomando las medidas adecuadas por parte de los responsables del gobierno y del PSOE andaluz para corregirla, reforzando las decisiones tomadas si se entienden acertadas, o innovando otras diferentes a las que se han estado tomando para que esta situación de ser real, si ellos así lo saben, supongan una alternativa de izquierdas a la derecha imperante en la mayor parte del territorio nacional y se cambie esa tendencia?.
-         Pero si fuéramos desconfiados de esos resultados por no considerarlos fiables: ¿será entonces el resultado real mejor para el PSOE y estar cocinadas para que su potencial electorado no se relaje y se tense ante la expectativa de que sube la derecha?, o bien: ¿podría ser entonces que el resultado fuera mejor para el PP y se estuvieran maquillando por el riesgo que pueda suponer conocer que el PP sube haciéndolo rematadamente mal y agrediendo permanentemente a unos ciudadanos y ciudadanas perplejos por la inexistente alternativa real?.
Personalmente me inclino por aceptar los resultados como fiables en este momento y en este contexto, y por ello me planteo: ¿responde esta tendencia a la posible movilización que en la derecha haya supuesto la aparición de PODEMOS, como algunos analistas sugieren en el contexto nacional?; ¿no es para reflexionar que la situación sea esta con un candidato del PP, Juanma Bonilla, que no levanta pasiones ni en la propia derecha y aun criticado por los suyos las expectativas de su partido mejoran?; ¿los cambios en estos últimos años en el PSOE andaluz responden realmente a esa necesidad de cambio que reclaman los ciudadanos de progreso?; ¿los cuadros que gestionan esos intereses generales en estos momentos se mueven por esa demanda ciudadana y tienen la capacidad política para poder ejecutarlos y la voluntad de hacerlo?; como ciudadanos de izquierdas y partidarios de un sistema que defienda el bienestar general y mejore la redistribución de los recursos para caminar a una sociedad más igualitaria, democrática y equitativa, quienes así se consideren, ¿seríamos capaces de diferenciar un modelo claro, estructurado y coherente en la gestión de la Junta de Andalucía y en el PSOE andaluz en relación con las políticas predominantes neoliberales imperantes con carácter general en el resto del estado español y en muchos países europeos como respuesta a la famosa ya crisis financiera?; ¿se está respondiendo  desde los responsables del partido socialista y los del gobierno andaluz, con propuestas  políticas concretas que intenten dar respuesta a esos retos, a ese cambio que reclaman silenciosamente miles de ciudadanos y ciudadanas, una nueva forma de hacer política más ética y coherente con lo que se dice defender?; ¿es posible recuperar desde esta opción política a miles de ciudadanos cuando algunos ya hasta han dejado de votarla y han abrazado o abrazan opciones políticas que han surgido sorpresivamente  en el escenario político andaluz ofreciendo otra forma de hacer política, aún no contrastada en la acción de gobierno, pero levantando ilusiones y expectativas?; ¿se fuerzan nuestros dirigentes con sus actitudes en buscar de nuevo la conexión mayoritaria entre el necesario proyecto socialista y el de los ciudadanos y ciudadanas como se hizo durante décadas o se está en clave de buscar  amoldar los intereses personales a la situación de declive político para no desparecer de ella aun en un contexto peor que el actual?... Serían muchas las cuestiones a plantear desde quienes esperamos algo más a lo que hay, a lo que se ofrece, a lo que se percibe, intuye o se ve y se oye.
No soy ningún radical y admito que en las opiniones ni todo es blanco ni negro, pero sí tengo claro que estamos en un momento crítico que precisa del partido que gobierna y ha gobernado mayoritariamente este territorio andaluz de decisiones valientes y que no pueden esperar más, por lo que sí pienso que sólo con frases hechas y victimismo ante el gobierno de España no se recupera un proyecto socialdemocrata, basado en el interés de la mayoría, y con una crisis ideológica profunda en estos momentos; estoy convencido que no hay que repudiar el Ibex35 pero que si por ellos fuera el PSOE tardaría aún más tiempo en gobernar, por lo que no pueden ni han de ser nuestros principales aliados; reclamo que para volver a conectar con el ciudadano de la calle hay que hacerlo con propuestas políticas, con compromisos claros y alcanzables y con ejemplos éticos en la práctica política de los responsables públicos de izquierda, y eso no lo dan las patronas de los pueblos y ciudades y sí compromisos éticos y medidas de control y ejemplaridad en los mismos; intuyo que la ambición por alcanzar el poder de una nueva generación, con valores y déficits como cualquier otra, no puede estar en contradicción con la experiencia de quienes pueden aportar la suya porque la han adquirido con trabajo y honestidad, que muchos los hay; reclamo la transformación de una organización política a las necesidades ciudadanas y reclamo renovarla con  transparencia y participación, con regeneración y compromiso, y con un nivel de exigencia mayor a sus cuadros en relación con sus comportamientos y beneficios derivados de sus tareas políticas públicas, y sin anteponerla como la mayor prioridad política del momento, considero que no puede quedar relegada, y ha de ir haciéndose paralelamente a las propuestas de gestión, pero no dejarla sin abordar con el argumento de que no es lo que interesa al ciudadano. Al ciudadano sí interesan organizaciones políticas ejemplares. No interesan las que no lo son, por lo que para mí sigue siendo una prioridad tras el empleo o junto a él.

Es bien cierto que la responsabilidad la tiene quien la tiene y es lo que demando con el ánimo de coincidir más cada día, pero me inquieta la percepción acomodaticia que se muestra en los dirigentes políticos, las escasas respuestas a los problemas mayoritarios y la falta de reacción a los retos que nos atosigan. Hay que ponerse las pilas como se suele decir pues sólo con poderío esto no está en absoluto ganado y la tendencia puede convertirse finalmente en una realidad que finalmente nos sorprenda sin saber de dónde nos ha venido y, os aseguro, que podemos saber perfectamente de dónde nos vendrá.

martes, 5 de agosto de 2014

Sí, política ...

Cádiz, Julio de 2014.- Por Camilo Buendía

Nunca he sido de los españoles a los que el nacionalismo y los nacionalistas le generaran sarpullidos. Siempre he sido de los que entendía el hecho diferencial catalán, vasco y gallego…, y andaluz, y navarro, y valenciano, y extremeño, y castellano, etc, aun asumiendo que esas tres nacionalidades mencionadas en primer orden, por simple evidencia histórica, habían avanzado antes que el resto en el desarrollo de sus culturas y sensibilidades y demandadas sus propias estructuras políticas en determinados momentos de nuestra historia. Lo respetaba y lo respeto y siempre lo valoré. También están las lenguas, lo cual siempre he reconocido como un intangible cultural de esos territorios y de sus ciudadanos y ciudadanas. Otros no la teníamos y sin embargo hemos ido recuperando y afianzando nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestros valores de grupo con indisimulado orgullo también a nuestra forma de hablar, a nuestros dejes, a nuestro influyente dialecto en la lengua materna, hasta ir conformando un territorio definido y a la vez homogéneo y cada vez más cohesionado como Andalucía sin necesidad de promoverlo desde el nacionalismo. Del resto de los territorios siempre entendí y defendí la legitimidad para organizarse también, aunque no tuvieran un histórico camino recorrido, acercando la gestión al ciudadano y generando bienestar para sus vecinos. 
Sin ser ni mucho menos nacionalista y en absoluto ingenuo, he procurado entenderlos y he compartido muchas de sus aspiraciones también como propias y válidas para mi territorio. Ni la autodeterminación ni el independentismo han estado nunca en mi agenda de país y sí el diálogo, la lealtad institucional y la colaboración interadministraciones para crecer como país todos los territorios unidos. Me ilusionó la España de las autonomías y admitiendo desajustes y duplicidades y pudiendo haberse agotado ese modelo, con muchos más éxitos que errores, me parece razonable un debate y análisis de una España federal que vuelva a darnos un impulso a futuro como país moderno, en desarrollo y cohesionado.
Los catalanes siempre me dieron una sensación de modernidad, los vascos de laboriosidad y los gallegos me resultaban muy inteligentes aunque el arquetipo mental, por los propios tópicos típicos que han ido generando escasos casos, posteriormente generalizados, y algunas lenguas interesadas y maledicentes, fuera el de lentos y desconfiados, y el de catalanes y vascos peseteros y terroristas respectivamente. 
Nunca tuve esa visión negativa ni, por supuesto, como andaluz, la del juerguista, vago y subsidiado que de nosotros trasladaban los terratenientes y la duradera dictadura de la época para justificar su trato a nuestra tierra.
Entendía y comprendía por tanto a relevantes personajes nacionalistas, poco apreciados y criticados en muchos casos, como Arzalluz y Pujol y les reconocía, políticamente, por su contribución a la transición y en la Constitución Española, absteniéndose los primeros, pero sin alejarse ni romper con ella, y colaborando activamente los segundos. Apreciaba y valoraba el pragmatismo de ambos en la estabilidad parlamentaria otorgada a gobiernos democráticos socialistas o populares en situaciones de minoría parlamentaria en aquello que se denominaba la articulación de los nacionalismos históricos en la gobernanza de España. Evidentemente que no coincidía en muchas cosas con ellos ni con sus partidos pero entendía, en el juego democrático, el papel que desempeñaban y hasta con mis divergencias ideológicas pero democráticas no me cuesta en prenda admitir que me resultaban personajes válidos políticamente por los que sentía simpatía dentro de las diferencias. El Honorable Pujol y el árido, claro y elocuente Arzalluz.
Todo está en estos momentos girando velozmente y deslabazándose en algunos casos de una forma que me oprime y me angustia cuando se suceden acontecimientos que desacreditan y/o deslegitiman esa visión de aquellos momentos y de algunas personas que contribuyeron a él y al bienestar de hoy. La política, con mejores o peores personajes sigue su curso. Están ahí múltiples asuntos que abordar: la corrupción política, la deriva nacionalista, las balanzas fiscales, el independentismo, el arrivismo de personajes mediocres políticamente con menos interés en la articulación de un país de todos, y sí interlocutores con sordera voluntaria que no saben ni escucharse, un gobierno y un partido popular dispuestos a continuar una humillación que hace tiempo comenzó por puro interés partidario con el recurso del Estatut, y considero que el propio presidente del gobierno de entonces, José Luis Rodríguez Zapatero, se equivocó también al prometer que se aprobaría en el Congreso lo que aprobara al respecto el parlamento catalán, y también un partido socialista necesitado de incorporarse a la realidad con una oferta política real que ofrecer, etc. El fallo en su momento de un tribunal constitucional en una deriva de correa de trasmisión del Gobierno y la posterior intransigencia de Rajoy a plantear escenarios de diálogo que vuelvan a engarzar a Cataluña con todos los territorios en un proyecto común, quebró y dificulta una salida inteligente y práctica y beneficiosa para la mayoría del país.
Por ello, sin estar de acuerdo con el independentismo, sin coincidir con una consulta unilateral por el derecho a decidir, sin admitir la utilización de las balanzas fiscales para la generación de desigualdades y sí para el reequilibrio de la necesaria solidaridad territorial, defiendo el valor de la política para la resolución de los conflictos políticos y no para la generación de nuevos problemas y por ello:
1.- Como persona individual admito mi decepción y mi frustración por el reconocimiento de Jordi Pujol de tener dineros evadidos en cuentas en el extranjero sin declarar y como ciudadano reclamo, si ha cometido un delito, por muy honorable que haya sido, que pague por ello.
2.- Me indigna que estas situaciones contribuyan al descrédito de la política y generen en el común de los ciudadanos, para ser aprovechado por los contrarios a la democracia, la percepción de que todos y todo lo relacionado con la política es así, y lo que no sabemos es porque aún no se ha descubierto. Aunque pueda entender esa reacción de desconfianza, incredulidad y escepticismo me rebelo contra ello porque ni es justa ni verdad.
3.- Exijo, como ciudadano, una inmediata investigación en todos los niveles institucionales para esclarecer la procedencia y el destino de esos recursos opacos. La terminación de la misma debiera culminar en un procedimiento contra persona, personas u organizaciones y personas responsables del delito.
4.- Rechazo cualquier utilización partidaria y sesgada, alejada de la necesaria y justa exigencia de dar a conocer a la ciudadanía la proc
edencia y el destino de esos fondos y los culpables de que eso haya podido ser así, tendente a conseguir réditos políticos inmediatos y ventajismo en los debates políticos existentes,  utilizando un delito individual si lo es, para la anulación del adversario político o su aniquilación global.
La verdadera política ha de buscar soluciones a largo y no beneficios a corto y me preocupa que una nueva humillación del contrario con argumentos ajenos al propio debate cierren en falso un debate real que existe que tiene sus causas y, obviamente, puede tener consecuencias, y consecuencias graves, y frustre de nuevo y ancle aún más el poso de desapego existente en muchos ciudadanos y ciudadanas catalanes sin solución posible al respecto a posteriori.
5.- Muchos ciudadanos, y yo así lo estimo y pido,  quieren políticos que estén a la altura de los problemas y trabajen en la solución de los mismos y no en su beneficio. Repudio a aquellos que evitan el posible desgaste que el mismo, lógicamente, pueda ocasionarle si se implica y por tanto lo evite o simplemente busque la destrucción del contrario para supuestamente resolver el problema. Políticos situados de canto y no de frente.

Son tiempos difíciles para los que defiendo que sigue siendo necesaria la política, una política honesta, transparente, debatida, clara y leal que aporte soluciones y trabaje por el interés general. Lo contrario desde mi punto de vista no es la política que demandamos los ciudadanos y ciudadanas y requiere el país. No es la política con mayúsculas que tanto escuchamos como la práctica habitual de la mayoría de los políticos.

En fín, Sí, Política, soluciones políticas para las personas.

domingo, 3 de agosto de 2014

Plusvalía, Versus Redistribución. Por Diego Corriente

     
 Cádiz.- 2 de agosto de 2014. Hace unos meses una empresa vinculada con el sector de la salud, se movilizó para defender un espacio de gestión y responsabilidad, que otros creen le pertenecen con carácter exclusivo y de monopolio. Entre las distintas respuestas, es destacable la de la titular del ramo en el Gobierno Andaluz, que contesta a esta acción retando al empresario a que concurra a las elecciones, claro ejemplo de no conocer las reglas de juego de la “economía de mercado” y si me apuran del papel de la “sociedad civil” en una democracia moderna.
        Pero no estaba sola, un diputado autonómico más cercano a la primera Internacional que a los postulados del compromiso socialdemócrata,  con  lenguaje romo y pendenciero, vino a echarle en cara al citado empresario que ganaba mucho dinero. Este había olvidado que gracias a estas empresas, la comunidad autónoma de la que él es parlamentario, podía seguir percibiendo impuestos, tanto por el empleo y la actividad que mantiene, como por las plusvalías que genera, de esta y de otras iniciativas productivas, y que en este caso, se quedan en nuestra Región, en Andalucía, huyendo de  refugios fiscales tan acariciados y conocidos por muchos en nuestro país. Había olvidado también el diputado que estamos instalados en una crisis,  y que hay empresas que la han salvado, con acierto, eficacia y rigor. Acierto eficacia y rigor, que sería  necesario inyectarles a algunos dirigentes  que, no sólo desconocen los motivos de la crisis, y no tienen una sola idea para sortearla. Pero afortunadamente, los proyectos de este empresario si eran acogidos y defendidos por un colectivo de organizaciones y empresas, en concreto de la Comarca de la Janda, que sí conocen lo complejo y duro de los tiempos que vivimos, y de las dificultades que tienen las empresas para mantenerse en un mar de adversidades. Había olvidado también el diputado, que el Estado del Bienestar está en crisis desde los años setenta, y en consecuencia la socialdemocracia, y que no se está acertando en el diagnostico, ni en la terapia para recuperarlo, de ahí el declive de los resultados electorales de la ideología que lo defiende.

        Pero el mencionado dirigente olvida su identidad ideológica, ignoró o ignora, que la socialdemocracia históricamente es una consecuencia directa de un pacto bendecido por el “contractualismo” (doctrina filosófico-jurídica, que regula relaciones entre la sociedad y el Estado), que en el caso de esta ideología, debe propiciar la intermediación, entre los que detentan el capital y los que tiene la fuerza del trabajo, y que las plusvalías obtenidas (concepto desarrollado por el marxismo) deberían redistribuirse en la sociedad, entre los ciudadanos, y que estos pudieran elegir ( teoría de la elección racional) sobre los bienes y servicios de acuerdo a sus “preferencias reveladas” (concepto microeconómico sobre el consumo ), conjunto de relaciones y normas a la que se dedica la “Teoría de la elección pública” ( Publica choice theory), ayudada por el “individualismo metodológico” ( corriente social que estudia las relaciones individuales, para conocer el conjunto de la sociedad). Pero creo que esto es exigirle mucho a nuestros representantes, da igual el color político que tengan, pues aunque se le llenan la boca con la palabra “democracia”, posiblemente no sepan distinguir las exigencias y diferencias mínimas entre estas, de acuerdo con las tesis de Huntington, Dahl, o Lepsit, ( o sobre los conceptos de “democracia electoral” o “democracia liberal”) y lo que es peor y más preocupante, ignoren que “una persona es libre cuando sabe quién es,  y puede elegir en consecuencia”, y que desde luego es necesario que alguien obtenga plusvalía, si queremos que después exista  redistribución, y ciudadanos con plenos derechos en democracias, sin sectarismos.