“Por ello es más necesario que nunca, que
surja una única y potente voz de los países del arco del
mediterráneo europeo, unidos en la defensa de los intereses de sus ciudadanos y sus señas de identidad culturales y sociales
, una voz que resuene con fuerza en los muros de las instituciones europeas
para dejar de ser sujetos pasivos de una Europa sin alma y muy alejada de lo que proponían los viejos
líderes europeos, para superar su dilatada
y trágica historia a causa de las dos grandes guerras desarrolladas en su seno”.
Desde luego ,el análisis histórico
de acontecimientos vividos y
salvando las distancias lógicas de tiempos y magnitud de los problemas ,
debería servir para que la política y
los políticos que la ejecutan
,tomaran nota y asumieran desde la humildad del que nada sabe, que se puede y
se debe aprender de los hechos que nos han precedido en el tiempo.
La profunda crisis económica que ha removido y sigue removiendo el estatus
social de millones de europeos hacia el empobrecimiento y la exclusión social,
sigue instalada en una parte importante del sur de Europa, y si nada ni nadie lo impide se extenderá como
una gran mancha de aceite a todos los rincones de la cuenca mediterránea.
Esta situación se agravará en los próximos años si no se adoptan soluciones distintas a
las que se han tomado en los últimos años
que solo satisfacen el interés del establishment de unos pocos
países y de potentes grupos financieros
que han visto en la crisis una oportunidad para incrementar sus legales
pero no menos inmorales ganancias, aplicando
intereses de usura a diestro y
siniestro con la connivencia o cuando menos el beneplácito de la peor
generación de gobernantes políticos europeos de la historia, con algunas
honrosas pero escasas excepciones.
Necesitamos urgentemente políticos
de talla histórica como el 32 presidente de los EEUU Franklin Delano Roosevelt, que supo dar respuesta a la
situación de un país arruinado desde el crack del 29 que caminaba hacia un
empobrecimiento brutal de la extensa clase media norteamericana que se hundía
irremediablemente en la miseria ante la desesperación de la población.
“Nuestra más ardua tarea, la primera, es
hacer que el pueblo vuelva al trabajo. No es un problema insoluble si nos
enfrentamos a él con prudencia y valentía. Puede realizarse, en parte, mediante
la contratación directa por parte del gobierno, actuando como en un caso de
guerra pero, al mismo tiempo llevando a cabo los trabajos más necesarios, a
partir de estas personas contratadas, para estimular y reorganizar la
utilización de nuestros recursos naturales.”
Estas
acertadas palabras, fueron enunciadas
por Roosevelt en el discurso de su toma de posesión de la presidencia en 1933,
que inmediatamente se volcó en una frenética actividad legislativa en los 100
primeros días de su gobierno, y puso en práctica un conjunto de medidas que
conformaban el New Deal de Roosevelt que abarcaban medidas de ayuda a los ciudadanos, de recuperación económica y de reformas
legislativas y administrativas.
Medidas
que tuvieron una gran importancia en el campo económico estableciendo profundas
reformas en el sistema financiero, la industria, la agricultura, y las
infraestructuras y en el campo social aprobando la Ley del Seguro Social que se
tradujo en la creación del primer
sistema federal de seguro de desempleo y de pensiones y un sistema de beneficios sociales para
niños y personas enfermas, o la National Labor Relations Act que introduce el establecimiento del salario
mínimo y jornada horaria máxima ; medidas destinadas a corregir las
desigualdades más flagrantes del capitalismo que habían hecho de EEUU una selva
social en el primer tercio del siglo XX.
Roosevelt
, con la propuesta de un nuevo trato o pacto a la sociedad americana, tuvo la
enorme virtud de hacerlo en un momento de una crisis letal que paralizaba el
emprendimiento y producía el empobrecimiento económico, social y espiritual de
la gran nación americana; las numerosas propuestas y acciones recogidas en los programas del New
Deal, tuvieron la virtud de darles la
esperanza a millones de agricultores
empobrecidos, clases medias profesionales liberales, asalariados industriales y
obreros sin cualificar que engrosaban día a día las listas del desempleo sin
ningún tipo de atención por el estado que para sobrevivir se trasladaban a los
alrededores de las grandes ciudades para conformar las llamadas Hoovervilles (conjunto de
casas de hojalata).(Hoover fue el anterior presidente republicano a
Roosevelt ).
Aunque las medidas tomadas por Roosevelt levantaron ampollas en la parte
más conservadora de la sociedad americana, principalmente por el carácter
intervencionista en la economía, y por
producir un déficit presupuestario medio del 3 % para sufragar los numerosos programas del
New Deal, Roosevelt fue el único presidente de la historia de los EEUU
que fue reelegido tres veces.
La
implementación de los programas del New Deal, conllevaron un incremento de los impuestos para reactivar
la inversión pública y la contratatación
de millones de trabajadores para
acometer obras de infraestructuras a lo largo de todo el país para favorecer el incremento del consumo y
con ello reactivar los medios de producción. Con todo ello, el New Deal palió los efectos de la depresión,
recuperando una parte importante del empleo perdido años atrás y
produjo un ambiente de optimismo social
y económico, inexistente desde el crack del 29.
Desde
luego es difícil como decía al principio de este articulo establecer
comparaciones homologables entre la
Europa actual y los EEUU del primer tercio del siglo XX sobre todo teniendo en
cuenta el diferente dècalage de tiempos,
tipo de sociedad, cultura etc... , pero si puede observarse como, una
nueva visión política de un presidente y
su equipo de colaboradores, no exenta de riesgos, pudieron solventar una crisis de mayor calado
que la que hoy estamos padeciendo en Europa, crisis, sobre todo, en los países
ribereños del Mediterráneo.
Y hoy en Europa
las recetas para salir de la crisis cada vez satisfacen a menos gentes,
y son menos creíbles, sobre todo a los ojos de los propios ciudadanos que
observan como no cesan los recortes en sus prestaciones sociales, o lo que es
peor pierden sus empleos o nunca han accedido a ninguno, como es el caso de los jóvenes.
Las
recetas conocidas y aplicadas estos últimos años de control estricto del
déficit, que ha conllevado prácticamente a la desaparición de la inversión, tanto pública como privada, los
recortes en sanidad, educación y en las
prestaciones sociales solo nos conducen al empobrecimiento general, actuando
como lo haría un torpedo que acertara en la línea de flotación de la gran clase
media española y por extensión europea.
En
pocas palabras recetas envenenadas que desequilibran Europa con más paro y una
deflación perniciosa, cuando no un estancamiento que hacen imposible superar la
difícil situación sobre todo en el flanco sur de Europa.
Esta
no es la Europa que hemos soñado; cada día que pasa el sueño de la Unión Europea
se desvanece más y se aleja de su principio fundacional. Todavía recuerdo el
debate que se produjo cuando se planteo una Europa de dos velocidades con
motivo de la fundación del euro y se rechazo en el contexto de la polémica de
entonces, pero tristemente por la fuerza de los hechos, hoy ya tenemos una Europa
con tres o más velocidades, que camina hacia la división en una Europa rica,
avanzada tecnológicamente y otra Europa
dependiente y secundaria. .
Por ello es más necesario que nunca, que surja una única y
potente voz de los países del arco del mediterráneo europeo, unidos en
la defensa de los intereses de sus
ciudadanos y sus señas de identidad
culturales y sociales , una voz que resuene con fuerza en los muros de las
instituciones europeas para dejar de ser sujetos pasivos de una Europa sin alma
y muy alejada de lo que proponían los
viejos líderes europeos, para superar su
dilatada y trágica historia a causa de las dos grandes guerras desarrolladas en
su seno.
Si
amigos, necesitamos un New Deal que nos
ilusione de nuevo y más de un Franklin Delano Roosevelt para liderar un nuevo
proyecto para Europa.
Welcome mr. New Deal
No hay comentarios:
Publicar un comentario