Este fin de semana nos han sorprendido con la
confirmada contaminación por “ébola” de una enfermera en Madrid. Al parecer, la que atendió al médico
misionero recientemente fallecido. Y nos preguntamos, no hubiese sido más
factible, a la vista de la incertidumbre sobre la curación de estos, el haber
realizado los esfuerzos en el país de origen, y de paso, contribuir a crear una
infraestructura sanitaria de la que carecen para combatir tal epidemia. Pues
no, una vez más experimentamos con la sanidad pública, en unos momentos donde
la falta de medios y calidad empieza a ser alarmante. Y ante tal cumulo de
irresponsabilidad e incompetencia, la Ministra del “jaguar” no dimite, ni
reconoce fallos en los procedimientos ni en las decisiones. Tales fallos, no sólo
procuraran un perjuicio a la maltrecha salud financiera de nuestro sistema
hospitalario, también en este caso habrá daños colaterales, como el turismo, las
líneas aéreas, etc, si no al tiempo. Claro está, que sobre gestión de crisis
tampoco el Presidente del Gobierno puede dar muchas lecciones, no olvidemos su
participación en la del Prestige, y de su diagnostico sobre los “hilillos” (de petróleo)
confundidos por toneladas de chapapote.
Total, que con la incertidumbre sobre el
crecimiento económico, el nulo compromiso sobre la creación de empleo, el
problema catalán, que amenaza una de las mayores crisis institucionales desde
el comienzo de la democracia, y la corrupción y doble moral, de algunos banqueros
y políticos por la diestra y por la siniestra, los ciudadanos españoles parecen
vivir una pesadilla. Pero no, lo que estamos viviendo es real, y probablemente
de seguir los mismos en el poder la receta sea más de lo mismo. Pero sí miramos
a nuestro alrededor, la oposición o
alternativa te deja algunas veces como se suele decir “con las patas colgando”,
metáfora dramática pero cierta, unos con eso de bajar los presupuestos de
defensa, en un momento de inestabilidad mundial, cuando los ejércitos de otros
países se preparan para intervenir en operaciones humanitarias, o como en
nuestro caso, atendiendo incendios y emergencias, cuestión esta que no remitirá,
de seguir la senda del calentamiento del planeta, o la vigilancia de tanto
litoral fronterizo, precisamente hoy con África o con el convulso Oriente
Próximo. Otros, exploran como modelo países
latinoamericanos y no precisamente ponen
como ejemplo Chile o Argentina. O cuando otros, en nuestra Comunidad Autónoma
apuestan por crear un banco público, sin preguntarse quién confiaría sus
ahorros privados a un Banco vinculado a una Administración tan falta de
recursos, donde se evidencia que muchos servicios financiados con nuestros
impuestos, sufren los recortes y la ineficiencia. Después de tantas “preferentes”
y otros fraudes financieros, alguien
cree posible que se pueda restablecer la confianza y el crédito, como para que
los ciudadanos depositen el fruto de sus esfuerzos en una institución
financiera recién creada, cuando todavía no está superada la epidemia que asoló
Cajas y Bancos en nuestro País, esto sólo se puede decir que son ocurrencias,
improvisaciones, salir del paso, pero hay quien vive de eso de ocurrencias, aunque
estas las sufran los ciudadanos como una epidemia más.
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