En los últimos años hemos presenciado como el PSOE ha sido capaz de modificar la Constitución, para limitar el gasto público, ha sido testigo de reformas laborales que no dan empleo,
asiste a un deterioro del sistema
educativo en todos los niveles formativos, no ha puesto sobre la mesa un modelo sanitario sostenible, desde la
perspectiva financiera y aseguradora, sustitutorio al que propugna el PP, no está
apuntando a una reforma fiscal, que
afronte una mejor redistribución, en
definitiva, lo único que parece preocuparle, o por lo menos, lo que nos llega a
nosotros, a la opinión pública, es que quieren seguir renovándose, que quieren
ganar las elecciones municipales, y
supongo que las demás, y parece también
que se conforman con que esto, no entienden lo que ellos denominan la
clase media. Pretensiones legitimas, si hubiesen hecho las tareas que los españoles y sus tradicionales
votantes están esperando, esto es, la articulación y el cumplimiento, donde
gobiernan, del ideario socialdemócrata o liberal progresista, o algo que los
diferencie de los adversarios
conservadores del PP. Pues es difícil distinguir comportamientos y
actitudes allí donde gobiernan, los unos respecto de los otros. Pues
considerando, que en el PSOE, están ideológicamente en contra de las soluciones
neoconservadoras, respecto de reformas necesarias en el Estado del Bienestar, obviamente para mejorarlo, según aquellos, tampoco
conocemos medidas alternativas de estos. Mientras, en algunos Ayuntamientos no han tenido ningún
pudor a la hora de privatizar el suministro del agua,
ni tampoco, a pesar de la excesiva
fiscalidad municipal, se observen mejoras de los servicios públicos
locales, y no estoy pidiendo gratuidad en el transporte público local, como tienen
algunas ciudades europeas, no, ante todo esto, los ciudadanos se preguntan, ¿donde
están las diferencias?, de estos o aquellos. Pero la diferencia tiene que llegar, tras un proceso racional de
reformas, que incluya una simplificación y modernización de una Administración
costosa, con cuatro niveles territoriales y una red de empresas públicas, en la
mayoría de las ocasiones en competencia con el sector privado, ¿hoy alguien habla
de esto?, y no es que yo esté a favor del “estado mínimo” (Nozik), pero estamos
ante una oportunidad, y creo que es necesario aprovecharla.
Sin entrar en el fondo de la cuestión, la
reforma que hoy plantea el Gobierno, sobre el proceso de elección de Alcaldes, posiblemente beneficie a los proponentes, pero, no sería el momento
de hablar de cuestiones de mayor alcance, en vez de rechazar el dialogo, en
línea a simplificar y adelgazar, un sector publico que posiblemente nunca más
podamos pagar, en consecuencia, mostrar disposición para acordar estas u otras
reformas, pues en democracia, cuenta
también la capacidad de entendimiento entre gobierno y oposición, digo más, es
una obligación de los dirigentes de
buscar puntos comunes de acuerdos y consensos, sin embargo, contrariamente desde el PSOE, hoy se responde con un “frente
formal” de oposición cerrada, frente, que nos hubiese gustado ver cuando se reformo la Constitución, cuando se modificaron
los derechos laborales, cuando se recortaron los sueldos y las pensiones, en
definitiva, cuando el conjunto de los ciudadanos experimentó una devaluación de
sus rentas, como solución para la recuperación económica, que sigue en ralentí,
a pesar del sacrificio de la población, y ante todo esto, no hubo una oposición
cerrada, no se hizo visible una protesta tan contundente, ni se ha conocido
medidas alternativas, que aporten esperanza y despejen tantas incertidumbres,
que hoy preocupan a los ciudadanos. Pues sepan, que beneficie a unos u otros,
esta propuesta tiene que ser, y debe ser, el comienzo, pues está, viene a prever que en
el futuro, no proliferen los gobiernos bipartitos o tripartitos, pues esto,
además de ser más costoso, propician gobiernos débiles, en un momento crítico
que puede dificultar la superación de esta crisis interminable, pero además, puede
impedir que el transfuguismo y el mercantilismo corrompan las Instituciones, y
sobre todo, esto no les importa hoy demasiado a los ciudadanos, pues sus
problemas, son aquellos de los que hoy no hablan, ni los unos ni los otros, ¿será
incapacidad o insensibilidad?.
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